He intentado encontrar en las redes y comentarios de los amigos, la fórmula exacta que me permita olvidar. Todas las teorías son vagas y muy generales, básicamente son lo mismo, distracción, diversión, refugio en el trabajo, clavos que sacan otros clavos, cambios de look y fuerza de voluntad. A manera personal, nada me sirve. (sorry amigos, sé que intentan lo mejor). Sin embargo he asimilado y adaptado todos estos consejos a mi propio dilema existencial y aquí les suelto unos tips más realistas. Llora , llora como cuando eras niño. Llora como si no tuvieras pases para el circo de Kiko, como si se terminarán las entradas para ver a Justin. Llora. Y no porque llorar esté bien, llora porque entonces no quedarán ni fuerzas, ni ganas, ni hidratación ojo-nasal en tu alma, y cuando quieras hacerlo... tu cuerpo, inteligentísimo él, no te lo permitirá. Cambia el rington de tu celular , y más aún si es que tenías un tonito bonito para el o la desdichada que acabas de dejar... ¡ahh! por