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CASCARÓN VACIO



Cuando se ha destruido dos vidas de un solo cuerpo
las noches de ternura se hacen impacientes.
Porque respirar el aire que el no respira, es un infierno,
porque tocar un mundo que el no toca, se hace una manía inconcebible.

Vivir la vida que el no vive te lastima durante su ausencia
y deseas con el alma, no estar viva ni en ese momento.

En aquellas mujeres el cuerpo cambia inevitablemente
y la idiocia decisión, deja de ser un remordimiento
para hacerse una eterna herida de carne extraída.
Su vacio se marchita, pero vive algunas veces.

Observan otras crías con profunda amargura
y desdenan sus vidas por una suerte de dolor hipócrita.
Acarician a tientas la vida que no fue vida
porque antes de hacer arje, se hizo exequias
de un momento, de un ser,
y aunque no esté segura, también de si misma.

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SIN ELLA

Hace falta el “ya no empieces”. Es mi culpa si me duermo tarde y no despierto. Ya nadie cuida mi aliento Ya no hay madre, porque simplemente no hay Y lo siento Porque ya no está Ha muerto Ya no hay comida fría de la que reniegue. Ya no buscan mis momentos los placeres, Ya mis pecas se quedaron en el espejo Ya desapareció el eco del bochinche de mis guerras. Ya se quedaron cortan mis cuerdas ya no hay “hora que regreses”. Ya no hay indiscreciones Ni esfuerzos de vergüenza Ya no hay orgullo, ni pena, ni correcciones Hoy duermo más sola, Que cuando dejé de dormir con ella Porque ella no estará en la mesa Ni en las reparticiones Ni estará cuando yo regrese.

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